Arco azul

Símbolo de generaciones enteras de enamorados, más conocido como el arco de los besos después de ser utilizado como telón de fondo para los comerciales de Perugina, el Arco Azul fue adquirido por el municipio después de que se lo confiscaron a la mafia. En la costa de Aspra, es un auténtico espectáculo, un auténtico monumento rupestre reconocido como bien medioambiental. De hecho, el puente natural ha sido remodelado con técnicas e intervenciones de muy bajo impacto ambiental para preservar el ecosistema local. Una ventana al mar que se abre desde la costa de Santa Flavia hasta la de Aspra, pasando por Capo Mongerbino. Ispra, el Instituto Superior de Protección e Investigación Ambiental, lo ha incluido entre los sitios geológicos de mayor interés a nivel mundial.

A fondo

Confiscado a la mafia, el Arco Azul de la costa de Aspra representa un espectacular monumento rocoso en el pueblo costero de Bagheria y es reconocido como un activo ambiental. Una ventana al mar que se abre desde la costa de Santa Flavia hasta la de Aspra, pasando por Capo Mongerbino.

Ispra, el Instituto Superior de Protección e Investigación Ambiental, lo ha incluido, de hecho, entre los sitios geológicos de mayor interés a nivel nacional.

Adquirido por el municipio de Bagheria, después de haber sido confiscado a la mafia, el puente natural ha sido rehabilitado con técnicas e intervenciones de muy bajo impacto ambiental para preservar el ecosistema local.

Las obras, finalizadas el 30 de abril de 2010 gracias a un préstamo concedido por el Territorio Regional y Medio Ambiente, han devuelto a la obra su antiguo esplendor.

Símbolo de generaciones enteras de enamorados, el Arco Azul también es conocido como «el Arco de los Besos». En la década de 1980, la conocida compañía de besos de chocolate escogió -como fondo de uno de sus comerciales- los dos cisnes de roca suspendidos entre el cielo y el mar.

¡Se necesitaron casi treinta años para traer de vuelta a la luz este ejemplo de belleza natural!

Era el 30 de mayo de 1983, cuando uno de los jefes de Ciaculli, Nicola Prestifilippo, hizo levantar un esqueleto de hormigón que desfiguraría el paisaje durante décadas.

Solo después de varias vicisitudes burocráticas y la intervención de administradores y técnicos expertos, el eco-monstruo fue demolido, reurbanizando el arco rocoso y el paisaje circundante.

El Arco Azul representa un atisbo de rara belleza y un patrimonio naturalista de excepcional valor, que merece ser valorado y conocido por todos.

Para más información: Asociación Naturaleza y Cultura